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Crees en Dios y usas amuleto?

Las supersticiones han sido siempre un grave problema humano. Muchas personas viven encadenadas a las falsas creencias que atraen «la buena suerte» o espantan «la mala suerte». Y para lograr estos propósitos recurren a los «poderes ocultos» de la hechicería, el espiritismo, santería, los amuletos, la cartomancia, la numerología, feng shui y la astrología.
Demuestra que mucha gente cree en Dios con los labios, pero su corazón está lejos de El (Isaías 29,13). No le tienen confianza, ni practican sus mandamientos. Y sin embargo cuánto creen en las ficticias supersticiones.
Consideremos por ejemplo los signos zodiacales: si se pregunta a jóvenes de colegios y grupos parroquiales: «de qué signo eres», al momento contestan, que son de Piscis o de Sagitario.

¿Pero un cristiano puede creer en estas falsedades?

No, porque su signo es la cruz de Cristo. Y sin embargo personas de todas las clases sociales creen en los horóscopos y otras supersticiones, y luego muy frescos dicen que son católicos. No saben que la fe católica rechaza tales prácticas y que la Biblia las prohíbe (Isaías 8,19-20).

Las supersticiones son «creencias que atribuyen efectos de buena o mala suerte a ciertas acciones, sucesos y cosas». Es decir que son cosas EXTRAÑAS a la fe cristiana y CONTRARIAS a la razón. NO TIENEN NINGUN FUNDAMENTO REAL salvo la habladuría popular.

La superstición es una expresión de FE IRRACIONAL, TEMEROSA Y ABSURDA indigna de un buen cristiano. Solo lo aceptan quienes carecen de SOLIDA INSTRUCCION CRISTIANA. Pero en cuanto aprenden la Palabra de Dios y las analizan con la razón desechan las supersticiones y sus objetos (Hechos 19,18-20).

Lo peor de los supersticiosos es que por tratar de «cambiar» su mala situación recurren a GENTE OCIOSA PERO MUY ASTUTA, que se hacen llamar «parasicólogos, espiritistas, santeros, tarotistas, astrólogos, videntes, brujos, chamanes, maestros, consejeros, etc». Esta gente «viva» es la que arma un buen negocio para vivir sin trabajar a costa de los supersticiosos estafándolos sin compasión (Ez 13,6-8; Mt 7,15-18).
Y ojo, que estos charlatanes A TODOS LOS QUE VAN A CONSULTAR SUS DESDICHAS LES DICEN QUE LES HAN HECHO «DAÑO, MALDAD, BRUJERIA».

La ignorancia espiritual también inventa supersticiones religiosas. Por ejemplo las famosas «cadenas» de San Judas Tadeo o del Señor de los milagros, que exigen hacer copias y repartirlas bajo amenaza de terribles desgracias en caso de no obedecer o de grandes ganancias en caso de cumplir. ¿Caíste tú alguna vez en sacar copias de esos papeluchos en vez de romperlos? Pero… ¡si basta razonar un poco para ver la falsedad y estupidez que encierran. La Biblia dice que DIOS ES AMOR (1 Juan 4,8).

¿Crees en esto? Ojalá que sí pues esto es verdad. Ahora piensa: ¿cómo podría Dios premiar a quienes hacen 100 copias de un papel y en cambio castigar a quienes no lo hacen? ¿En qué cabeza cabe esto? Solo en la de los supersticiosos y analfabetos espirituales. Y al creer en tales cadenas PECAN CONTRA DIOS pues aceptan falsedades acerca del Buen Dios.

Las supersticiones originan los siguientes perjuicios:
1) Nos aparta de la verdadera Religión hacia creencias estúpidas.
2) Nos estanca en la ignorancia religiosa por medio de la sugestión.
3) Nos hace gastar insensatamente nuestro poco dinero.
4) Frustra la búsqueda de nuestra autosuperación personal.
5) Alimenta y acrecienta el miedo en nuestras mentes.
6) Nos somete a la esclavitud espiritual de los brujos y espiritistas.

¿Cómo liberarte de las supersticiones? Sencillamente con la INSTRUCCION DE LA PALABRA DE DIOS. ¡El mejor remedio contra esas fábulas es el estudio de la Biblia! Allí aprenderás que lo único real ante los golpes de la vida es el Amor infinito y el poder sin límites de Dios. «Conocerás la verdad y la verdad te hará libre» (Juan 8,32). Instrúyete católicamente en la Biblia y te librarás de los miedos supersticiosos.

Dios ordena que no creamos en las supersticiones (Deut 18,10-12). Los apóstoles las combatieron frontalmente (Hechos 16,16-21). Dios pide una devoción fiel (Stgo 4,4-5).

Dios manda que tengamos absoluta confianza en El (Sal 146,3-9), y que no tengamos miedo del mundo (Josué 1,9; Salmo 91,1-6). El único interesado en mantener la gente encadenada a las supersticiones es Satanás. Cuando nos caigan duras pruebas de la vida aferrémonos solamente a Dios y nada podrá el diablo contra nosotros (Stgo 4,6-10. «No te desesperes, recurre a Dios»). Y en cuanto a consultar el futuro la Biblia señala tajantemente que solo Dios lo conoce (Isaías 44,6-8). ¡No hay astrólogo ni clarividente que pueda saberlo! ¡Todos los que pretenden hacerlo solo inventan y engañan.

En la vida solo hay dos opciones o seguir el camino ANGOSTO de Dios al Reino, o seguir el camino ANCHO del diablo al infierno (Mt 7,13-14). Cristo nos ordena dejar el camino del diablo y entrar al camino de Dios. Por eso debes apartarte de las creencias falsas y dañinas y seguir las creencias verdaderas que llevan a la Vida Abundante.

¿Qué debes creer? Cree en tu Padre Dios, en su magnífico amor y poder (Mt 7,7-11). Cree en Jesús que ha dado la vida por tí y te cuida como oveja muy querida (Jn 10,10 15). Cree en la ayuda de tu Madre la Virgen María (Jn 19,26). Cree en el poder de la oración y presenta a Dios tus necesidades (Mr 11,22-24). Cree en la medicina profesional clásica o naturista (Eclo 38,12-15). Y cree en ti mismo.

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JESUCRISTO ES NUESTRO UNICO Y VERDADERO REY

JESUCRISTO ES NUESTRO UNICO Y VERDADERO REY

Para nosotros miembros del Apostolado de la Oración, forma perfecta de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, en la que los asociados participamos los unos del bien espiritual de los otros, manteniendo una particular unión y devoción a los santos Ángeles, que están especialmente destinados a amarle, honrarle, alabarle a EL, nuestro REY, AMO y SOBERANO SEÑOR DE LOS REYES DEL MUNDO, a fin de que hallándonos unidos y asociados con ellos, suplan por nosotros en su divina presencia, tanto para tributarle nuestros homenajes, como para amarle por nosotros y por todos los que no le aman, y para reparar las irreverencias que nosotros mismos cometemos en su santa presencia, proclamamos y constituimos a JESÚS como el único y verdadero Rey, “Testigo digno de fe” el gran “revelador” de Dios como se lo dijo a sus discípulos “Quien me ha visto a mi ha visto al Padre” (Jn 14,9), y celebramos gozosos desde nuestros Apóstoles, al Rey que sometido a la máxima humillación en una extrema pasión de sufrimiento inenarrable, reina desde la cruz, donde murió como un esclavo para redimirnos de nuestros pecados, que entrego su vida como un rescate por todos ¡una sola gota de tu preciosísima y divinisima Sangre Mi Señor y Redentor hubiese bastado! pero no hay gloria y honor sin espinas y todos aquellos ríos de Sangre que brotaron de su cabeza y de todo su cuerpo, mortificado hasta el extremo, eran tantos cordeles que ligaban la inteligencia humana al conocimiento de su soberanía sobre nosotros. Sólo la Sangre de Cristo tiene poder para lavar lo malo que hay en nosotros.

Nosotros celebramos al “Primogénito de entre los muertos” que triunfante resucito, glorificando esa cruz, para estar vivo entre nosotros hasta el final de los tiempos alimentándonos con su cuerpo, con su sangre y con su palabra y que siendo fiel a sus promesas reinará a pesar de sus enemigos y de cuantos se opongan a ello. Por lo tanto, ten fe hermano, hermana, no deben sorprenderte las contradicciones y oposiciones que el demonio nos suscitará, porque firmes en la esperanza este Soberano de nuestras almas sostendrá El mismo su obra y será más poderoso para defenderla que el enemigo para combatirla, y cuidará de procurarnos todos los medios necesarios para el cumplimiento de sus designios y no nos faltara nada y solo así, únicamente así, nuestros corazones gozaran de paz y felicidad, y nuestras almas serán reinas de su propio Reino. ALELUYA

BENDITO SEA DIOS, BENDITO SU REINO ETERNO Y UNIVERSAL, REINO DE VERDAD Y DE VIDA, REINO DE SANTIDAD Y DE GRACIA, REINO DE JUSTICIA, DE AMOR Y DE PAZ. BENDITO Y ALABADO POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS, AMÉN.