Coro
Consuelo del cristiano
María Auxiliadora
Al alma que te implora
Escucha por piedad
A ti, cuya potencia
Del sarraceno impío
Venciendo el poderío
Salvó la cristiandad;
Rogamos que hoy la salves
Del vicio y la mentira
De Dios calma la ira,
Destruye la maldad.
La nave de San Pedro
En esta mar bravía
Con mano fuerte guía
Al puerto hasta llegar;
Sostén al gran piloto,
Protege al Padre Santo,
Sobre él tiende tu manto
Que es manto tutelar
Coro
Confunde a los malvados
Que, dueños de la tierra
A Cristo hacen la guerra
Siguiendo a lucifer;
Tu cetro poderoso
Derrote sus legiones;
Ondulen sus pendones
Triunfantes por doquier.
Cual planta delicada
que la corriente mece
En este mundo crece
La tierna juventud;
¡Oh, Madre! No permitas
Que se aje su belleza
Concédele pureza
Y amor a la virtud
Coro
Enséñale amorosa
Los místicos raudales
De vida manantiales
Que brotan del Altar;
Condúcela al banquete
De santidad venero
Y guste del Cordero
Que célico manjar.
Acude en mi socorro,
¡Oh Virgen poderosa!
Si pérfida me acosa
Maligna tentación;
Ahuyenta del demonio
El silbo traicionero
Servirte solo quiero,
Te doy mi corazón
Coro
Alabarte por siempre,
Auxilio del cristiano,
La lengua del humano
Y el alto serafín;
Tu nombre lo repitan
Los ecos del torrente
Y en alas del ambiente
Resuene en el confín.
Inclínense los cielos
Al ver tu hermoso talle,
La palma allá en el valle
Inclínese también;
Los hombres te saluden
Tres veces cada día
Y en grata melodía
Te den el parabién.
Coro
Las suplicas atiende
De tus fieles devotos,
Despacha nuestros votos
¡Oh Madre de bondad!;
La gracia que te imploro
Otórgame clemente;
De dones eres fuente
Y fuente de piedad.
Jamás se oyó del mundo
En la extendida esfera
Que alguno a Ti acudiera
Sin ver tu compasión;
Por eso hoy a tu trono
Me llego con confianza,
Pues sé que mi esperanza
No encierra una ilusión
Coro
Del cielo la vereda
Enséñame cual faro;
Feliz bajo tu amparo
Mi vida ha de pasar;
Sin miedo a las borrascas
Iré cual navecilla
En la celeste orilla
Tu rostro a contemplar.
Más antes en el día
De mi postrera hora,
María Auxiliadora,
Tu auxilio invocaré;
Y entonces confiado
Envuelto entre tu manto
Con sueño dulce y santo
En paz me dormiré.
Coro
Consuelo del cristiano
María Auxiliadora
Al alma que te implora
Escucha por piedad
Oración.
¡Bendíceme, oh María Auxiliadora!, que tu bendición Santísima permanezca en mí noche y día. En la alegría y en la tristeza, en el trabajo y en el descanso, en la salud y en la enfermedad, en la vida y en la muerte y durante la eternidad.
¡Oh bendición de María Auxiliadora! Dichoso quien te la pide, recibe y guarda, después de obtenerla aquí en la tierra la lleve en su último suspiro como prenda de vida eterna, por Jesucristo nuestro Señor, amén.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor que hizo el cielo y la tierra.
Hijas de María Auxiliadora
PAZ Y BIEN Y SANTA ALEGRIA